Viviría pensando en el amor,
en la locura de sentir,
en la necesidad de extrañar,
en las ganas de abrazar.
Viviría pensado en esa casualidad que lleva tu nombre;
con cada letra inventaría un camino diferente hacía ti,
demolería tus ganas de decir que no a todo y pintaría tu vida de esperanza; de amor...
Viviría contigo instalada en mis más grandes anhelos; esos que a diario escribo y les llamo poesía.
Te robaría suspiros, abrazos, miradas, el tiempo, besos...
No me cansaría de buscar excusas para verte,
No me detendría en mi afán por gustarte.
-El condicional se apropió de mí-
Viviría pensando en el amor, en tu amor...
Y aunque, sé, que posiblemente mis palabras siempre te asustan, nunca conté como cualidad la capacidad de dejar a alguien en modo silencio.
Me quedaré en un después, un pronto, un tarde o temprano, un próximamente y un enseguida, antes de que el ayer, el tarde, el nunca y el jamás, controlen mis ganas por conseguirte en mi vida
- Y ahora son los adverbios quienes se apropian de mí -